Extramuros

      Tengo rumores nuevos para realizar transfusiones y colorear las mejillas de los que humillan con fruición. En aquellos me dejo la piel mientras rompo los esquemas de los aburridos; es tan gratificante fracturar cuellos al volteo, que pronto devendrá en profesión remunerada, y podré dar clases, repartir diplomas o erigirme en modelo de conducta para hijos desaprovechados por sus padres. Mi madre era altanera y quebró tres espejos sobre mi vanidad. Me nombró con la osadía del  que cree ofender, para un minuto después recibir la bofetada del portazo. Esa noche dormí sola y trastornada, se me clavaban los picos del frío en los costados, y en venganza conté todo a una pandilla de desheredados. Escuché campanas cercanas y soñé que tocaban a muerta, no por mí que aún latía por costumbre, sino por ella, pues sé de buena tinta que todavía me busca entre ladrones y rameras. A estas horas he encargado un ataúd forrado de larvas hacendosas, corto de tronco y extenso en sinónimos de su palabra favorita: liviana.

      La infancia calcinada en mi memoria tizna la madurez de un tono viejo, ocre fuera de moda, gris salvaje para el creyente. Si han de inventar algo obsceno, que sea contigo en el camastro, o en la tormenta que nos despertará tarde o temprano. Si vale la pena fabricar lodo con el llanto, saca las garras y cava, que yo soy polvo y atraigo lo semejante hasta el hartazgo.

     25734092_1363804927079861_2813811918648900013_oMe volví zíngara en diez lunas; bailaba más que comía, robaba besos sin cortedad y vendía mi virtud remendada por manos sabias. Al tercer alumbramiento eché de menos su olor de vieja beata, y me acerqué más de la cuenta a los muros del convento, por buscar a la madre en el calor postizo de una santa. Hube de entender que pedían mi exorcismo en vivo, ante su Dios y mis hijos. Algo murió en las entrañas frente a la corrupción del ser.

 

 

Acerca de losasesinatosdepeterpan

Siempre espero que el lector reconozca el límite entre el autor y su obra. Jamás creas todo lo que lees, escuchas o imaginas. Ante la aparición de una duda conecta con la respuesta más sencilla, y si no te llena, cuestiona.
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