Madrid dreaming

Pronto se cumplirá el aniversario de nuestro olvido: el que yo comencé cargada de razón, con mi frente alta y decepcionada, el que tú sentenciaste movido por la impaciencia… Tenías prisa por escapar de la corazonada, ésta misma que yo apodé destino mientras que para ti sabía a bendición. No se puede cavilar una solución salomónica si los grilletes a cada paso estrechan la huida. La lógica fallece por falta de pulso, queda embalsamado el que suspira… Hubiera florecido el abrazo un Mayo cualquiera; te habría regalado un complemento circunstancial a juego con la sorpresa en tus pupilas, pues ya conocías mi habilidad para dar forma a lo imposible desde el sueño. Respira hondo, ven, la probabilidad cero nos tiene cercados hace siglos, castigados a encarnarnos en dedo acusatorio o amor platónico a partes iguales, pues no hay noticias de que uno de los polos jamás dominara al otro con ventaja. Debo sin embargo relatar el milagro: no envejecerá mi diálogo largas veces ensayado para el encuentro, ni habré de tirar por la borda el vestido y las ganas, sino que más bien acotaré la frontera de la curiosidad en tanto los sentidos lo permitan. Ya no deseo latir en el mensaje, ni servir de excusa a aquella ironía, bastará con la creciente luna que inspira por igual al náufrago que a la sirena.

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